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Geografía
PAÍSES
Cuba - 1ª parte
Geografía física Geografía humana
uba es un Estado insular centroamericano cercano al trópico de Cáncer, en el mar de las Antillas. Sus costas están bañadas por el océano Atlántico al N y E, el mar Caribe al S y el golfo de México al O. Separado de E.U.A. (N) por el estrecho de Florida; de México (SO) por el canal de Yucatán, y de Haití (E) por el paso de los Vientos. La capital es La Habana.
Además de la isla principal, la República de Cuba se compone de la isla de la Juventud (antigua isla de Pinos) y unos 1 600 cayos e isletas, que se agrupan en cuatro conjuntos: los archipiélagos de los Colorados y el de los Jardines del Rey, en la costa norte, el de los Jardines de la Reina en la zona centro-oriental, y el de los Canarreos en la occidental. Cuba tiene forma estrecha y alargada. La distancia máxima entre los extremos de la isla se sitúa en torno a los 1 290 km, mientras la anchura oscila entre 35 y 100 km. La mayor parte del territorio es llano (penillanura); sólo en los extremos de la isla se levantan cadenas montañosas, siempre con orientación E-O: la Sierra de los Organos en la parte occidental, en la provincia de Pinar del Río, y Sierra Maestra en la oriental.La historia geológica de Cuba revela la formación, durante el jurásico, de una capa de calizas fosilíferas, sobre las que posteriormente se depositaron sedimentos del jurásico medio y superior y del cretácico inferior. A la primera formación corresponden los terrenos de Pinar del Río, Camagüey y la isla de la Juventud. El resto de la isla está ocupado por rocas cretácicas. La Sierra de los Organos, la Sierra del Rosario, y las montañas de Pinar del Río, así como los anticlinales de La Habana-Matanzas, se formaron durante el eoceno medio. En el eoceno superior, debido a una falla, se creó la cadena montañosa de Trinidad-Sancti Spíritus, que alcanza los 1 233 m de altura.
Por último, al plioceno se debe la principal zona montañosa de la isla, la Sierra Maestra. En ella se encuentra la máxima elevación de Cuba, el Pico Turquino (2 005 m); la abundancia de lava en toda el área pone de manifiesto el importante vulcanismo de épocas pasadas. Las rocas calcáreas predominan en todo el territorio cubano, condicionando el tipo de suelo, que es arcilloso y muy fértil, apropiado para el cultivo de la caña, y en el que se forman numerosas cavernas por la rápida disolución de las rocas debido al efecto de las aguas subterráneas. Al SO de la provincia de Matanzas destaca la península de Zapata, 4 500 km2 de zona pantanosa originada por el escaso desnivel del terreno, que impide el correcto drenaje de las aguas.
El clima es tropical, al igual que en toda la región antillana, si bien la mitad occidental de la isla, por hallarse situada más al N y cercana al continente, presenta rasgos de clima subtropical, con una notable influencia de los vientos alisios. La temperatura media anual ronda los 25 ºC, con máximas en julio y agosto (27-28 ºC); en La Habana se han registrado temperaturas de 40 ºC de máxima y 8,6 ºC de mínima. El régimen de precipitaciones está sujeto a marcadas variaciones estacionales: existe una estación seca, que se extiende de noviembre a mediados de mayo, y otra lluviosa, durante la cual las precipitaciones caen de forma muy regular, con frecuencia a la misma hora del día. Son lluvias fuertes, pero breves, de forma que el cielo está habitualmente despejado. El promedio anual de lluvias es de 1 375 mm.Debido a la forma estrecha de la isla, la disposición alargada de las cadenas montañosas y las variaciones pluviométricas, los ríos son cortos e irregulares. Una excepción es el río Cauto (343 km) que discurre junto a la cadena de Sierra Maestra. Otros ríos son el Sagua la Grande (144 km), el Zaza (145 km) y el Toa, el más caudaloso. A la llegada de los españoles, la vegetación de Cuba estaba formada por bosque caducifolio, en más de la mitad del territorio, y una vegetación herbácea alternada con palmas y pinos, en el resto.
En épocas más recientes, la creación de pastos para la ganadería de régimen extensivo y la proliferación de cultivos de caña provocaron la deforestación de una gran parte del territorio cubano. En la actualidad, la zona boscosa se halla limitada casi exclusivamente a las áreas montañosas, excepto en el caso de la ceiba (Ceiba pentandra) y la palma real (Roystonea regia), que se encuentran por toda la isla. Los árboles que predominan en Sierra Maestra son la juba (Dipholis jubilla), la yaya (Oxandra lanceolata) y la pomarrosa (Eugenia jambos); el pino se concentra en la zona oriental de la isla, en Pinar de Río y en la isla de la Juventud, sumando un 4% del área total.Desde 1960 se está desarrollando una intensa repoblación forestal, dentro del programa de protección de la naturaleza llevado a cabo por el Gobierno revolucionario, que afecta también a una gran variedad de especies animales. La reforestación se realiza con pinos, eucaliptos y árboles indígenas de maderas valiosas (caoba, cedro y quiebra hacha). En Cuba se distinguen, por otro lado, tres tipos de sabanas, según la composición del suelo: arenosas, arcillosas y serpentinosas. Las arcillosas, por ser las más fértiles, se destinan generalmente al cultivo de la caña. Comunes a todas ellas son la jata (Copernicia hospita), la palma cana (Sabal parviflora) y el yarey (Copernicia textilis).
La población cubana sufrió grandes transformaciones tras la emancipación de los esclavos (1880) y alcanzar la independencia en 1898; el gran aumento del flujo inmigratorio (250 000 antillanos, un millón de españoles) hizo que la población de Cuba, que en 1900 se estimaba en un millón y medio de habitantes, se doblara en tan sólo 20 años. Al mismo tiempo, ello provocó importantes variaciones en la composición étnica de la población. En 1959, ésta se había vuelto a duplicar, alcanzando los 6 millones de habitantes. Tras la revolución, alrededor de 300 000 cubanos dejaron el país.En los últimos decenios se ha moderado notablemente el crecimiento demográfico, de forma que, en la actualidad, tiene un régimen casi natural. La tasa de natalidad ronda el 15, y la de mortalidad, el 5, lo que la convierte en una de las más bajas del mundo. Ello se debe, principalmente, a la constante disminución de la mortalidad infantil, que ha pasado de un 35 en la víspera del triunfo revolucionario al 18,5 actual. Asimismo, la esperanza de vida al nacer, que se halla en torno a los 75 años, figura entre las más elevadas del continente americano. Predomina la población urbana (70%) frente a la rural, que se concentra principalmente en los extremos de la isla: en los valles de Sierra Maestra y Baracoa, en el E, y en Pinar del Río, en el O.